Llamar la atención para que la gente lea un artículo de lo más intrascendente es más bien bastante sencillos. Sólo hace falta colocar un par de imágenes con tono erótico sin ninguna relevancia con el contenido del blog y añadir de vez en cuando palabras interesantes como, qué sé yo, tetas o folleteo. Es sencillo, se pueden meter en forma de metáfora o ejemplo, o levantar un poco más la mano y dejarlas caer sin ninguna lógica. Márketing falso. Realmente, no estás vendiendo un producto bajo unas premisas falsas sino que esas premisas falsas las genera el propio usuario que se fija antes en el todo que en la parte. Es como cuando ligas alguna noche con una puta jodidamente atractiva, un puto trofeo de alcoba, y luego cuando te la llevas a la cama, a follar, descubres que tiene un pollón que es diez veces el tuyo. Ella, o él, en ningún momento te ha engañado. Marihuana. No te ha avisado de la sorpresa, simplemente, has sido tú el que se hizo ilusiones de comer coño esa noche y que no se dio cuenta de que el asunto tenía más bien cojones.
Si ya encima las palabras de carácter sexual las incrustamos en negrita la llamada de atención se multiplica. Pollas en vinagre. De esta forma, se le da relevancia a lo menos irrelevante del más intrascendental de los textos cuyos lectores leerán por la relevancia de lo irrelevante, es decir, lo interesante que, sin lógica, fue añadido ahí. Aunque también resulta bastante probable que, tras leer un par de frases, los lectores de éste tan vacuo conjunto de palabras mandarán todo el resto a tomar por culo cansados de divagaciones sin origen ni destino aparente.
Vía: El del Medio
😉