Entre machacas y becarios

Un lugar tranquilo

Más que por “tranquilo” el “A quiet place” original sería Un lugar en silencio, siendo justamente eso (el SILENCIO como hecho primordial) una de las claves principales de una película pequeña en esencia pero grande en resultados. La historia se centra en otro mundo apocalíptico más, que en principio no tendría ningún tipo de aliciente que lo hiciera llamativo, pero John Krasinski (aqui tanto director como protagonista masculino) nunca nos explica las causas, aunque más o menos quedan sugeridas a medida que el relato avanza, siendo la mayor novedad ese silencio antes citado, ya que las criaturas que los amenazan atacan sin piedad a CUALQUIER sonido más o menos fuerte, lo que provoca a la familia protagonista el vivir en un mutismo casi total.

No es hasta que no lo analizas cuando te das cuenta del montón de ruido que un ser humano llega a provocar, por lo que imaginaros una situación como la planteada. En este caso se trata de una familia numerosa, con el citado Krasinski como padre de la misma y Emily Blunt como esposa (algo en lo que coincide en la vida real) a lo que añadir sus tres retoños, entre los cuales la hermana mayor cobra un especial protagonismo al ser sorda y tener un audífono que no acaba de funcionar bien, lo que lleva a que en ocasiones no sepa que sucede a su alrededor o el ruido que hace ella misma, con el evidente peligro que eso conlleva.

Antes de su estreno escuché que alguien comparaba esta película con la de Señales de M.Night Shayamalan, aquella donde veiamos que pasaba durante una invasión alienígena en una remota granja liderada por el personaje a cargo de Mel Gibson (casualmente en su momento también dijeron de aquella pelicula que vendría a ser la versión íntima y minimalista de Independence Day) Por supuesto que tiene detalles similares al citado film, pero yo diría que logra un resultado superior demostrando eso de que a veces “menos es más”, porque haciendo evidente su discreto presupuesto de 17 millones de dólares (lo que evita florituras innecesarias) no me extraña su inésperado éxito en la taquilla americana, donde se estrenó liderando con unos holgados 50 millones de dólares. Y es que con una perfecta duración de apenas 95 minutos, la película sabe atrapar al espectador desde el primer momento, haciéndole partícipe de la importancia del silencio (y lo mortal que conlleva el romperlo), logrando con algunas secuencias unos resultados magistrales ya que sabe transmitir la angustia de los momentos más tensos (como ese de la bañera, usado con acierto como poster promocional de la película)

Además del gran trabajo de Krasinski tanto delante como detrás de las cámaras, la verdadera heroina sería la encarnada por Emily Blunt, que se ve inmersa en situaciones angustiosas en las que el espectador siente una inmediata empatía por ella y lo que sufre al tener que callarse (y no doy más detalles porque serían spoilers innecesarios y nos encontramos ante una de esas películas que hay que ir a ver abierto de mente y sabiendo lo mínimo sobre la historia) No se quedan atras los jóvenes actores Millicent Simmonds y Noah Jupe como los dos hijos mayores de esta familia, con el aliciente por parte de la primera de lo que puede aportar al personaje teniendo en cuenta que ella también es sorda en la vida real. Lo único que habría que desear es ver la película con la atmósfera adecuada, ya que en algunos multicines hay sesiones donde más que personas parece que entren manadas ruidosas, lo que puede estropear cualquier tipo de conexión que pueda establecerse el espectador con lo que le están contando.

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