Un sencillo truco mental Mister Holmes

No lo puedo evitar: Sherlock Holmes me encanta. La afición me viene desde aquella clásica serie de animación de los 80, donde los personajes estaban recreados como perros (y uno de cuyos responsables fue el maestro Hayao Miyazaki) La cosa continuó con clásicos como El secreto de la pirámide o títulos tan notables como Asesinato por decreto, pasando por divertimentos como Sin Pistas (y eso sin olvidar al actor clásico que mejor lo ha representado: Basil Rathbone)

En el momento actual las películas de Guy Ritchie dedicadas al personaje lo han vuelto a encumbrar, ayudando también la serie de televisión de la BBC Sherlock (donde hemos descubierto a esos dos grandes actores que son Benedict Cumberbatch y Martin Freeman) así como la norteamericana Elementary (aunque esta es un simple procedimental que coge los nombres de Sherlock Holmes y Watson como podría ser otros cualquiera)

Literariamente ya ha sido una barbaridad, convirtiéndose en un apartado propio las obras que han tomado al famoso detective de Baker Street, los cuales se han dado a llamar (en el buen sentido) pastiches (recomiendo para los interesados la muy notable Sherlock Holmes en España, una SENSACIONAL guía de todo lo que se ha visto del personaje por nuestro pais) El que nos interesa, y de ahi este post, sería Un sencillo truco mental de Mitch Cullin, y que ha sido adaptado en la película Mister Holmes que se estrenará este verano en Estados Unidos (y espero que no mucho más tarde por estas tierras)

Dirigida por Bill Condon y con el gran Ian McKellen interpretando a un anciano Sherlock Holmes (al que acompañan Laura Linney, Hiroyuki Sanada y Frances de la Tour entre otros) tras el primer clip de la película (justo a continuación), y junto con el poster de la misma que teneis en el lateral superior de este post (picando sobre el cual lo tendreis a mayor tamaño), os dejo mi reseña CON SPOILERS de la obra literaria, aunque como siempre habrá que ver si se opta por adaptación literal o tan solo “basada en…”

FICHA TÉCNICA

Título: Un sencillo truco mental
Nº de páginas: 300 págs.
Editorial: VIAMAGNA EDICIONES
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9788492431830

SINOPSIS

Corre el año 1947 y Holmes, de 93 años y ya retirado, vive en una lejana granja en Sussex, donde sus recuerdos e intelecto comienzan a ir a la deriva. Vive con un ama de llaves y su joven hijo, Roger, cuyo comportamiento pacien te y respetuoso despierta el afecto paternal de Holmes. La rutinaria vida de Holmes se limita al cuidado de su colmena, a la escritura de su diario y a la lidia con la disminución de la capacidad de su afilada mente, hasta que Roger se tropieza con un caso desconocido hasta el momento. Se trata de la señorita Keller, el antiguo objeto del profundo (y nunca reconocido) amor de Holmes.

RESEÑA

Ambientada en 1947, cuando el ya retirado famoso detective contaba con 93 años de edad y su memoria empezaba a jugarle malas pasadas, en la novela se entrecruzan tres hilos argumentales diferentes. Por un lado recordará en cuanto a su pasado el caso de Ann Keller (donde incluso me entero de la existencia de un instrumento tan curioso como la armónica de cristal), mientras que en su presente la historia oscila entre su reciente viaje a Japón (incluida visita a Hiroshima, bombardeada de manera atómica pocos años antes) y el trágico destino que amenaza a su ama de llaves y el hijo de la misma.

Intimista y por momentos desgarradora, la crónica de este Holmes crepúscular (ya sin la arrogancia y acidez de otros tiempos) nos desvela la persona que hay tras el personaje (me encantó como el profundamente reservado viejo detective se “abre” para ser mentor del joven Roger y lo que ello provocará) De todas maneras las excelencias de su inicio se me fueron disminuyendo sobretodo en cierto detalle del caso Keller que creo que choca bastante con lo que Irene Adler fue para el famoso detective. Para hacer este “inserto” usan el estilo de El secreto de la pirámide (exactamente lo del personaje de Elizabeth), para que no desentone en la biografía del detective, pero lo encuentro un poco “cogido con pinzas” (no puedo aclarar más por ser spoiler pero los que lo hayan leído sabrán a lo que me refiero, y los que no igual ya se lo imaginan)

Con mención, aunque solo sea en el recuerdo, a la Señora Hudson, el Doctor Watson o su hermano Mycroft Holmes (ya que el famoso detective los ha sobrevivido con su jalea real a todos ellos, ya fallecidos en el momento en que está ambientada la novela) resulta también interesante la total fascinación que al maduro detective le produce la apicultura, y es que sus queridas abejas podrían ser unas dignas secundarias que tendran mucha importancia en la resolución de algunos de los hilos argumentales de la novela (incluso se explica porqué Holmes en su retiro le dió por el tema de la apicultura, hecho que no recuerdo si ha sido aclarado alguna vez)

Sin ser tan excelente como uno podría pensar (igual es que estaba demasiado extasiado al enterarme de su futuro como película), sin duda alguna estamos ante una notable variación sobre el famoso detective de Baker Street (en este caso de su vejez), por lo que la adaptación de esta historia (y teniendo en cuenta los nombres implicados en la misma que he citado al principio de esta reseña) me hacen esperar con ganas cuando se estrene el film resultante.

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