Marc Foster es un director todo terreno, tan pronto te rueda Monster’s ball, como Más extraño que la ficción como la nueva de James Bond. No tiene un estilo característico. Este hecho le puede abrir muchas puertas, puede rodar casi de todo, pero para ciertas historias nunca viene mal tener una mirada propia.
En Cometas en el cielo Foster nos narra la historia de 2 niños en el Afganistán anterior a la invasión rusa, como el país cambia y ellos mismos también. Su relación de amistad, aun perteneciendo a castas diferentes, se verá irremediablemente afectada por la cobardía de uno de ellos.
La película se divide en tres bloques: infancia en Afganistán, exilio en Estados Unidos y redención. El mejor bloque con diferencia es el primero, la historia es muy buena, está bien rodada y los actores infantiles son simplemente geniales. La parte del exilio está bien pero es demasiado larga y vacía de contenido y cuando llega la tercera parte la cosa ya no cuaja.
Quizás han querido abarcar demasiados temas: envidia, cobardía, las castas, la religión, la inmigración, el respeto a las tradiciones, los talibanes, etc. Todos temas interesantes para entender la historia y el presente de Oriente Medio. Pero le falta ritmo. No llega a aburrir pero no engancha lo que debiera en sus 2 partes finales. Foster no sabe imprimirle a la historia el toque que hace que una historia te emocione. Una pena, la cosa prometía. Y mucho.
Seguro que esta historia en manos de un director nativo hubiera estado más centrada en los personajes.
A destacar la genial música de Alberto iglesias.
6 (por la primera parte, realmente notable)