Entre machacas y becarios

El camino a casa (1999)

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Antes de que Zhang Yimou se pasara al cine de acción oriental con cientos de guerreros volando por los aires (Hero, La casa de las dagas voladoras) su especialidad eran las películas familiares en la China rural. Películas como La linterna roja, Ni uno menos, Vivir! o El camino a casa son claros de ejemplos de este genial cineasta chino que vale la pena conocer.

Hacer cine en China no ha sido ni es nada fácil, a los problemas de financiación hay que añadir la censura del régimen comunista. Ningún atisbo de crítica a Mao o a su régimen ha sido nunca permitido. Aunque, tal y como ocurrió en la dictadura franquista, algunos pocos creadores han logrado burlar a la censura con ingenio e inteligencia. Zhang Yimou logra criticar el sistema educativo chino y las purgas de Mao de forma inteligente y casi imperceptible. De otra forma no le hubieran dejado rodar esta película.

Pero El camino a casa no es una película política, es una historia de amor entre una joven de un pueblecito de la China interior y un profesor allí destinado, contado todo ello bastantes años después por el hijo de la pareja. La historia no es nada del otro mundo pero en manos de Yimou alcanza niveles de emoción insospechados.

Yimou narra de forma simple y sencilla, dando gran importancia a los paisajes, las miradas y la música. El estilo oriental suele basarse más en la contemplación que en la narración, a veces no ocurre nada, la trama no avanza, pero las imágenes son tan bellas que se disfruta igualmente. Sería algo parecido a la diferencia entre la prosa y la poesía.

El uso del blanco y negro para narrar el presente y el color para narrar los recuerdos es un recurso que funciona perfectamente para realzar la añoranza de un tiempo pasado. Yimou muestra con nostalgia el pasado de los personajes, cuando eran jóvenes y llenos de vida.

Descubrimos a Zhang Ziyi en esta su primera película y está genial como la joven enamorada, esas coletas y esos andares de su personaje ya son míticos. La película recae sobre sus hombros y ella aguanta el tirón perfectamente.

La verdad es que la película es realmente preciosa, tiene una música y una fotografía realmente prodigiosas que, unidas a una historia simple pero emocionante, logran un film inolvidable.

¿Puntuación? Sólo diré que al encenderse las luces del cine no podía dejar de llorar. Aún hoy me pasa cuando la veo en DVD.

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