La controvertida figura de Richard Milhouse Nixon (1913-1994) sigue generando películas. Como ya indiqué al hablar de W. no creo que George w. Bush genere tanta pasión dentro de 30 años (o eso espero).
Realmente la figura de Nixon es interesante, su mandato como presidente fue tan apasionante como la convulsa época con la que le tocó lidiar. También sus desafortunadas decisiones y sus maniobras ilegales contribuyeron a crear su leyenda negra. No olvidemos que ha sido el único presidente de los Estados Unidos en dimitir del cargo.
La película en cuestión se centra en la entrevista que el presentador británico David Frost realizó a Nixon tras su renuncia a la presidencia. La verdad es que aquí la película nos puede parecer falta de interés, muchos no conocerán a Nixon ni tendrán ganas de perder 2 horas viendo una película sobre los preparativos de una entrevista televisiva. Pero a mí me pareció un film interesante (siempre me han gustado las películas políticas y las reconstrucciones de épocas pasadas) y bastante correcto. Sin más.
La figura de Frost se nos muestra casi tan interesante como la del propio Nixon. Por momentos el film se enfoca como si de un combate de boxeo se tratara. Más que una entrevista, el encuentro entre ambos personajes se muestra como una lucha a muerte por demostrar quien es el más listo.
Yo pasé un buen rato, ya he dicho que este tipo de films me gustan, pero entiendo que a muchos espectadores les pueda aburrir algo. Se dan muchos datos sobre el controvertido mandato de Nixon (Corea, Mao, Vietnam, Watergate, las cintas, etc) que por estas latitudes igual no conocemos suficientemente y (probablemente) a muchos no interesen.
Volviendo al desafío, la dirección de Ron Howard (Apollo 13, El código Da Vinci, Willow, Una mente maravillosa) es correcta pero no apasiona. Es de agradecer que no maree al espectador con saltos en el tiempo, ni voces en off, ni cambios de color. Sólo se permite unos pequeños insertos de declaraciones a modo de falso documental. Pero creo que le falta algo de ritmo en el montaje, a mí no me aburrió pero algo más de dinamismo no le hubiera venido nada mal.
Lo mejor son las interpretaciones, sobretodo la del para mí denostado Frank Langella. Su interpretación / imitación de Nixon es simplemente perfecta. La escena de la llamada telefónica nocturna es escalofriante. Ya sabemos todos lo que les gusta a los de la Academia de Hollywood las interpretaciones de personajes históricos. También el galés Michael Sheen está muy bien, logra hacer crecer a su personaje hasta colocarse a la altura de su contrincante. Kevin Bacon y Sam Rockwell están bastante mejor de lo que viene siendo habitual en ellos. Rebecca Hall (El sueño de Casandra) sale mona.
Así pues, recomendable para aquellos que les interese la anécdota de la entrevista televisiva a Nixon. El resto, abstenerse.
6
Yo recomiendo para entender mejor El desafío visualizar primero otras películas mejores sobre el personaje:
Nixon (de Oliver Stone con Anthony Hopkins)
y
Todos los hombres del presidente (de Alan J. Pakula de 1976 con Robert Redford y Dustin Hoffman).
Por cierto, puestos a contar anécdotas sobre Nixon, mi anécdota favorita de Nixon es la visita que Elvis le hizo en el despacho oval en 1970. Elvis se presentó sin previo aviso en la Casa Blanca para regalarle a Nixon dos pistolas y ofrecerse como agente secreto para luchar contra la drogadicción juvenil (iba drogado ese día, seguro).
muy buena la anécodota sobre Elvis, A ver cuando hacen la peli.
Aburridilla, mola más lo de Elvis.
Este tipo, Ron Howard, suele hacer peliculas interesantes, desde luego ésta de Frost contra Nixon es un film imprescindible en la estantería aunque la figura de Frost está poco desarrollada, la película bascula más hacia lo que es la profesión del periodismo y los mass media que la figura del político, lo cual me parece bien, hacen mucha falta pelis sobre periodismo. Que siga la racha.
Pues a mi me pareció mejor la interpretación de michael sheen que la de langella, demasiado acartonada y traída por los pelos. Su Nixon aburre mientras que atrapa mas el ver cómo un presentador de concursos sensacionalista se empapa de los documentos clave.