En la Edad Media, el mundo cristiano fue víctima de un auténtico tráfico de reliquias, algunas sumamente chocantes, como estas:
– Un estornudo del Espíritu Santo: supuestamente atrapado en un frasco; está en el Vaticano.
– Un suspiro de San José: también capturado en un tarro y conservado en el Vaticano.
– El santo cordón umbilical: despiezado en varias partes, una está en Santa María del Popolo (Roma), otra en Chalons (Francia) y otra en San Martino (Italia).
– El prepucio de Jesús: en el siglo XVI había al menos 14, uno en Santiago de Compostela.
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Muy interesante Zith.