De los creadores de Ice Age nos llega esta nueva aventura animada. Basada en un libro de Dr. Seuss, Horton nos cuenta la historia de un elefante que cree escuchar voces que provienen de una ciudad ubicada en una mota de polvo.
Los demás animales de la selva, comandados por una canguro muy conservadora, le tomarán por loco. Mientras busca un lugar seguro para la mota de polvo, se irá estableciendo una relación con el curioso alcalde de esa no menos curiosa ciudad minúscula.
La verdad es que la peli te hace pasar un buen rato, la historia es amena, los personajes son divertidos (mi favorito es el buitre), tiene escenas espectaculares y no aburre nunca. Además se nota la influencia del cien japonés (hay claros homenajes al manga).
Desde luego tiene su moraleja: no importa el tamaño de las personas (ni su papel en la sociedad, todas son importantes) y la amistad es lo principal. A primera vista nada muy original ni demasiado incorrecto políticamente. Aunque una interpretación algo más maliciosa podría ver una crítica política a lo fácil que es manejar a todo un país e infundirle el miedo a algo tan insignificante como una mota de polvo (o unas armas de destrucción masiva inexistentes). No olvidemos que el elefante es la mascota del partido republicano estadounidense (la de los demócratas es un burro, no es broma). No sé si a Bush se le pasará por la cabeza tal teoría si ve esta peli. No creo.
Lo que menos me gustó fue que al final todos los personajes, buenos y malos, acaban fundidos en una canción para sellar su reconciliación y terminar el film de una forma un tanto empalagosa. No sé a qué viene lo de la cancioncilla, me sobraba. Además la canción no es ninguna maravilla.
Pero aún con interpretaciones politico-paranoicas y cancioncilla final la película es un divertimento para toda la familia.