Basada en el libro de Dominique Lapierre y Larry Collins, la película nos sitúa en 1948 y narra la interesante historia de la lucha por controlar la ciudad de Jerusalén (ciudad santa para tres de las religiones más importantes del mundo) así como la creación del estado de Israel y sus consecuencias. Las tensiones y guerras en Oriente Medio son el eje de la película.
Otras películas ya han tratado el tema del pueblo judío desde distintos puntos de vista: Paradise Now, Éxodo, incluso Spielberg lo hizo en Munich y La lista de Schindler. La verdad es que con un tema tan interesante es muy difícil hacer una mala película.
Y no es el caso, la película del francés Elie Chouraqui (Las flores de Harrison) es correcta y yo recomiendo su visionado, ya que aclara muchos hechos que probablemente muchos espectadores no conozcan. Hechos que son fundamentales para entender el mundo en el que vivimos debido a sus enormes consecuencias: petróleo, guerras, terrorismo, etc
El problema es que, cinematográficamente hablando, se pierde en tantos hechos históricos que se olvida de los personajes. Es un film con clara vocación didáctica y pacifista pero el mensaje que quiere transmitirnos acaba por ahogar a los personajes. No hay apenas unos diálogos decentes ni un ritmo adecuado para una película. Es más bien un documental que avanza a toda velocidad sin permitirnos conocer a los personajes. Éstos son meras comparsas para explicar acontecimientos históricos y no están suficientemente desarrollados.
Supongo que la historia daría para una teleserie o una peli de bastante más metraje. Se nota que han recortado muchas escenas para hacer el film llevadero, sólo dura 90 minutos, pero quizás un poco más de sosiego no hubiera venido mal. También el aire a coproducción juega algo en su contra, algunas escenas de acción o efectos especiales se notan faltas de presupuesto.
Tampoco creo que la película sea del todo imparcial entre los dos bandos, claramente hay muchos más protagonistas israelíes que árabes y me dio la sensación de que se inclina un poco por el bando judío. Desde luego, los peores parados son las grandes potencias coloniales (Inglaterra), la ONU y los grupos radicales de ambos bandos.
En cuanto al reparto, dentro de un film tan coral y con tantos actores yo destacaría al veterano Ian Holm (que está soberbio como siempre, haga de robot malvado en Alien, de Hobbit o del líder sionista David Ben-Gurión) y Maria Papas que tiene las dos mejores escenas de la peli.
Un film necesario y bienintencionado pero que adolece de cierta falta de emoción.