Mientras les dejan a cargo de un video club de VHS, un par de amigos borran accidentalmente todas las películas. Tras la histeria inicial, no se les ocurre otra genial idea que rodar las pelis otra vez y seguirlas alquilando.

El francés Michel Gondry es uno de los cineastas más originales e interesantes de los últimos años. Ya mostró sus dotes dirigiendo fantásticos videos musicales para Björk, Chemical Brothers o Massive Attack.

Se podría decir que existe un triangulo transgresor que tendría en sus vértices a Spike Jonze (otro gran director de videos musicales y director de Cómo ser John Malkovich y El ladrón de orquídeas), Michel Gondry (Olvidate de mí) y Charlie Kaufman (co-escritor de las anteriores). Entre los tres han roto todas las normas de la narración cinematográfica y sin necesidad de dogmas. Bravo.

En su nueva aventura cinematográfica Gondry nos narra la historia de una forma más convencional de lo que nos tiene acostumbrados, vamos, que no hay saltos en el tiempo atrás y adelante. Pero la historia no deja de ser peculiar, sin ir más lejos a un personaje se le magnetiza el cerebro.

Gondry ha escrito un guión inteligente, lleno de humor (absurdo a veces) y constantes homenajes al cine que nos gustaba de críos (Cazafantasmas, Robocop).

Los personajes están bastante bien definidos (no es la típica comedia) y les coges cariño enseguida. La verdad es que las naturales interpretaciones de Jack Black (inmenso) y Mos Def ayudan bastante. Danny Glover, Mia Farrow y Sigourney Weaver demuestran que saben estar muy bien cuando el papel es bueno (aunque breve) y la joven Melonie Díaz queda muy espontánea y natural.

Una película divertida, especialmente indicada para los que crecieron alquilando VHS en un video-club.

6

p.d. Espero que no echen por tierra la interpretación de Jack Black encargando su doblaje a algún cantantucho como en Escuela de Rock.