Bombay, un joven casi analfabeto está a sólo una pregunta de ganar 20 millones de rupias en la versión hindú del programa ¿Quiere usted ser millonario?.
El nuevo film de Danny Boyle nos devuelve a los mejores momentos de su carrera. Una carrera que empezó con buen pie con la excitante Traispotting pero que se fue desinflando hasta que se lanza otra vez con Slumdog millionaire.
Creo, sinceramente, que es una de las mejores pelis del año. Boyle tiene entre sus manos un material muy interesante y sabe sacarle todo el partido. Su estilo de rodar y de montar la película, con sus saltos en el tiempo y sus persecuciones se ajusta como un guante a la historia y a la agitada ciudad de Bombay. La historia podría ser perfectamente una película hindú de serie B pero la dureza del guión y la forma de rodar la elevan a algo mucho mayor.
También la habilidad de Boyle para elegir buenas canciones (del estilo que sean) para las escenas queda más que evidente. El film te atrapa de principio a fin, no tiene parones ni altibajos, logrando entretener y, por momentos, fascinar al espectador. Hay escenas antológicas (el autógrafo, las persecuciones, los créditos finales) que recordaremos durante años. Boyle realiza un notable elogio del sufrido pueblo hindú y un claro homenaje a las películas de Bollywood.
Técnicamente hay que recalcar que la fotografía es espectacular: el caos de las ciudades, el colorido de los ropajes, la luz del sol etc. están reflejados de forma muy bella.
No sólo la maestría al rodar, la fotografía y las canciones forman un gran conjunto, lo mejor del film es su guión. El retrato de la vida en los suburbios de Bombay es escalofriante. Las aventuras de los niños y cómo irán buscándose la vida para sobrevivir en un entorno tan brutal llegan a encogerte el corazón. Ciertos temas sociales como la corrupción urbanística, los efectos negativos de la globalización, la mafia, la brutalidad policial, la explotación infantil, los enfrentamientos religiosos, las castas, etc son abordados de forma genial.
Por momentos me recordó a Ciudad de Dios respecto al retrato de los bajos fondos de las grandes ciudades del tercer mundo. El enfoque es distinto aunque igualmente sobresaliente.
La historia de amor me pareció bastante original y está muy bien llevada, al menos no está metida con calzador. Por otro lado, todas las escenas del concurso está bien rodadas llegando a lograr una tensión muy de agradecer.
Los actores están tremendos, en especial los niños. Yo destacaría también la cautivadora belleza de Freida Pinto y la expresiva mirada de Dev Patel.
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