No soy consumidor habitual de anime (lo reconozco) porque por estos lares digamos que se estrena poco y mal. De todas maneras es verdad que si uno habla de ese género lo primero que se le viene a la mente es el nombre de Hayao Miyazaki (al que en mi caso descubrí cuando era pequeño con aquella serie de televisión de Sherlock Holmes con perros) pero con este título se puede descubrir a otro creador con talento como Mamoru Hosoda, al que tan solo le quedaría lograr la fama y la difusión internacional conseguidos por el Studio Ghibli de Miyazaki.
El presente título compitió en la pasada 63 edición del Festival de Cine de San Sebastián, logrando ser el primer film de animación en optar a la prestigiosa Concha de Oro. Con anterioridad su director ha sido el responsable de films como Los niños lobo (2012), Summer wars (2009) y La chica que saltaba a través del tiempo (2006), ganando todos ellos el premio del Festival de Sitges a la mejor película de animación. Este film (El niño y la bestia) también pasó por Sitges, así como el Festival de Gijón, siendo uno de los éxitos del año en su estreno japonés de la mano de Toho con más de 4 millones de espectadores (consiguiendo ser la película más taquillera de su director)