Una agente del FBI ha desaparecido y la única pista proviene de las visiones de un sacerdote. El FBI se ve obligado a pedir ayuda al proscrito Fox Mulder.
Vaya por delante que seguía fielmente la serie hace años cuando la emitían aunque nunca entendí que los aficionados a la ciencia ficción la consideraran como la Biblia. Ya lo siento, mis series favoritas de los 90 fueron Doctor en Alaska y Urgencias. Pefiero los médicos al tema paranormal.
Prácticamente en todos lo capítulos podíamos encontrar el mismo resultado: nunca se llegaba a ninguna conclusión ni se podía demostrar nada. Todo quedaba en agua de borrajas. Y todo debido a que a los agentes del FBI (o a los guionistas) nunca se les ocurrió ir con una cámara de fotos o un maletín tipo CSI para tener pruebas de los hechos que investigaban. No señor, con un teléfono móvil y las manos en los bolsillos de la gabardina era cómo nunca llegaron a demostrar nada.
El fallo de Expediente X fue el acierto de CSI, otra serie que está haciendo historia.
La serie aguantó 9 temporadas, aunque las 2 últimas tuvieron poca repercusión y acabó de forma bastante chapucera y abierta. Tranquilos, de los hechos acontecidos en estas 2 últimas temporadas nos ponen al día en la peli, no pasa nada si no las viste y yo no pienso desvelarlos ahora.
Estamos en 2008, si han vuelto Indiana Jones, John McClane, Rocky o Rambo ¿por qué no resucitar a Mulder y Scully? Imaginación al poder o seguir explotando a la gallina de los huevos de oro, podéis elegir la frase hecha que más os guste.
Partiendo de la base que la película es totalmente innecesaria, repasemos algunos puntos flacos del guión (por llamarlo de alguna manera):
En vez de ahondar en la teoría de la conspiración (invasión extraterreste, abejas, sociedades secretas) se han decidido por abordar un caso paranormal aislado de lo acontecido en las últimas temporadas. Hecho paranormal bastante decepcionante (un cura católico pederasta que tiene visiones de un crimen) y algo rebuscado diría yo. Curiosamente todos los curas de la película son personajes bastante negativos, por no decir malvados.
La excusa para recuperar a Mulder de su retiro (la desaparición de una agente del FBI) es totalmente estúpida y no te la crees en ningún momento, queda muy forzada. Por supuesto, cuando Mulder entra en acción (¿¿alguien lo dudaba??) va con las manos en los bolsillos. Ya nos queda claro que no van alograr probar nada y que la versión oficial diferirá de la realidad.
No hay apenas espacio para el humor ni el guiño a los aficionados a la serie. Sólo hay una ridícula broma a costa de Bush que tampoco es para tanto. Aunque hablando de escenas ridículas… mejor no os perdáis los títulos de crédito finales. Flipante.
La relación entre Fox Mulder y Dana Scully ya no es interesante ya que la supuesta tensión sexual no resuelta que había entre ellos ha desaparecido. Aunque ambos siguen empeñados en creer cualquier tontería (Mulder) y conservar la fe (Scully), sus personajes ya aburren.
En cuanto a las interpretaciones, son bastante repetitivas de lo visto hace años en televisión, Gillian Anderson me parece bastante mejor actriz (sin ser una maravilla) que David Duchovny aunque cobrara bastante menos.
Si sumamos a todo lo anterior que a la peli le falta ritmo, emoción y clímax, obtenemos un film totalmente innecesario y prescindible. No se hace aburrida pero sí muy decepcionante. Recuerdo episodios de la serie que me gustaron bastante más. Chris Carter no ha sabido darle emoción al guión ni ha sabido rodarlo.
Lo dicho, un film innecesario y muy decepcionante.