Dos hermanos muy distintos entre sí pasan por serios apuros económicos y sólo su tío puede sacarlos del apuro aunque les pedirá algo a cambio.
En su etapa londinense Woody Allen se ha centrado en los dramas con tintes de tragedia griega. Parece que Londres y su niebla le han inspirado las historias más negras de toda su filmografía. Como en la genial Match point, los protagonistas acarician su sueño de pertenecer a una clase social acomodada. El problema viene cuando hay que cometer algún acto inmoral para alcanzar ese sueño. Como si de la novela Crimen y castigo se tratara, los remordimientos y la culpa enturbiarán la ansiada felicidad. La historia (dos hermanos en apuros) se parece a la posterior Antes que el diablo sepa que has muerto, ambas podrían ser material para un telefilm paro el saber hace de sus respectivos directores las convierten en algo muy superior.
El guión de Woddy es bueno: los personajes tienen vida propia y están bien definidos, incluidos los secundarios. Pero el desarrollo es algo lento y la resolución de la historia nos puede dejar un tanto noqueados. No es una historia alegre ni divertida, no esperéis ver la típica peli de Woody Allen con él interpretando su eterno personaje de escritor mujeriego e irónico.
Allen es todo un maestro escribiendo guiones y además nos está demostrando que es un todoterreno. Temas tan poco Allenianos como la ambición, la envidia, el autocontrol, las drogas o el juego están muy bien resueltos en el guión.
La peli está rodada de forma correcta, Woody no se complica con alardes técnicos ni experimentos, se centra en los actores. Tanto Ewan McGrewgor como Colin Farrell hacen unas interpretaciones notables. Del resto del reparto yo destacaría el saber hacer de Tom Wilkinson (Michael Clayton, Full Monty) y la belleza de Hayley Atwell.
En resumen, un buen film de Woody pero inferior a lo que nos tiene acostumbrados.