Hay películas que antes de su estreno ya han hecho verter ríos de tinta. Las expectativas creadas casi nunca suelen verse satisfechas (ej. La amenaza fantasma, Matrix reloaded). Gracias al marketing consiguen que vayamos al cine como locos esperando revivir emociones del pasado.
Pero, no nos engañemos, la gran crisis de ideas le está obligando a Hollywood a revivir viejos mitos evidenciando que es incapaz de crear nuevos. A falta de ideas nuevas, se dedican a explotar al máximo las franquicias más rentables de las últimas décadas (Rambo, Jungla de cristal, Star Wars).
No sé a qué viene hacer ahora otra película de Indiana Jones tras 19 años (quizás el éxito de franquicias que son meras copias como La momia o La búsqueda) pero los beneficios están asegurados aunque la peli fuera mala.
Y no es mala, en absoluto, es una gran película de aventuras, pero no aguanta la comparación con las tres anteriores. Esta película es la más floja de la saga. No es tan oscura como el templo maldito, ni tan emocionante como el Arca ni tan divertida como la última cruzada. Es claramente bastante inferior a todas ellas.
Aunque todo el apartado técnico está sobresaliente y la música de John Williams sigue estando ahí, el guión de David Koepp flojea bastante en la segunda mitad de la película y a veces llega a caer en el ridículo (ese homenaje a Tarzán…). Una pena que desmerece todo el conjunto.
La primera parte del film es realmente soberbia: nos reencontramos con el mito de nuestra infancia con todos sus atributos (sombrero, látigo, bichos, serpientes, tesoros, aventura!). El paso del tiempo está muy bien reflejado, ya estamos a finales de los 50: el rock, los tupés, las motos, la caza de brujas del senador McCarthy, la guerra fría, las pruebas atómicas, Roswell. Harrison Ford vuelve a estar soberbio en la piel del arqueólogo (algo más arrugada, eso sí) y demuestra estar en una forma física envidiable para su edad.
También el paso del tiempo se nota sobremanera en Karen Allen, quizas demasiado, pero sigue teniendo una sonrisa preciosa y sus escenas con Harrison Ford son de lo mejor del film.
Respecto a la inclusión del personaje de Shia LaBoeuf, podría parecer una excusa para empezar otra saga con actores más jóvenes, ya veremos, pero el muchacho no lo hace del todo mal aunque su personaje tenga un par de homenajes realmente olvidables (Tarzan y Brando). Otras referencias a elementos de la saga están mucho mejor incluidas en el guión (el Arca, el padre, Marcus, etc) y no dan grima.
Respecto a los malos, elemento clave en toda peli de aventuras, me gustó bastante el personaje de la superdura y risible Irina Spalko interpretado por la siempre genial Cate Blanchett. Es una malvada que no llega realmente a asustar en ningún momento y eso lastra un poco el film. Los malos de las entregas anteriores arrancaban corazones o torturaban con hierros ardiendo, pero al personaje de Irina se le ve en todo momento como poco amenazador, una caricatura.
Con unos malos que dan risa y media familia a cuestas… la segunda mitad de la película cae en una sucesión de escenas divertidas y persecuciones no todo lo inspiradas que nos tenían acostumbrados Lucas Y Spielberg. Las escenas de acción están muy bien (Spielberg es un maestro) pero se resienten del tratamiento digital, ya se le fue la mano a Lucas con las nuevas entregas de Star wars. Leñe, que están muy bien pero es que a Spielberg, Lucas e Indiana Jones estamos acostumbrados a pedirles más, a que nos dejen con la boca abierta.
En resumen, una película de aventuras muy divertida aunque no nos apasionará ni de lejos como las anteriores.
No te la pierdas.