Una locutora de radio que sufre un violento ataque en el que, además, pierde a su novio. Viendo que la policía no parece que vaya a dar con los agresores, decide tomarse la justicia por su mano.
Toda historia encierra una ideología, una moraleja o un mensaje que quiere compartir con el espectador, incluso las que aparentemente sólo pretenden hacerte pasar el rato, todas quieren decirte algo. Los hechos narrados y el destino de los personajes siempre tienen un mensaje, moralizante o no. Ya era así en las tragedias griegas y así es aún en el cine o en los cuentos infantiles.
Hay grandes obras del cine que son abiertamente propagandísticas de una determinada ideología, los ejemplos más claros son El acorazado Potemkin (de marcada ideología revolucionaria-comunista) y El nacimiento de una nación (en la que, entre otras cosas, el Klu-Klux-Klan lincha “heroicamente” a un violador negro).
Pero hay otras películas en las que la ideología está mucho menos clara. Muchos verán esta película y sólo pasarán un rato más o menos entretenido, la peli se deja ver, e igual no caen en la justificación de la violencia y el ojo por ojo que proclama esta peli. Al final a mí me quedo claro el mensaje: coge un arma y soluciona tus problemas, exterminemos al violento, seamos como ellos. Un mensaje tan extremo y tan poco democrático que me parece muy peligroso.
La violencia es algo inherente a la naturaleza humana (como el sexo), no seamos mojigatos, y hay grandes películas muy violentas (Kill Bill). Pero proponer la violencia como solución factible a todos nuestros problemas…
Además este tipo de cine de pistoleros no es nada nuevo: ya en los 70 Harry el sucio o Charles Bronson imponían la ley a fuerza de gatillo, Rambo aniquila todavía enemigos de la libertad sin preguntar, John McClane sigue matando terroristas y 007 tiene licencia para matar. Todos ellos sin juicio previo, of course. Pero son meras caricaturas, deformaciones de la realidad que nadie toma en serio, son tan extremos que no son peligrosos. Puro entretenimiento. Pero el enfoque realista de La extraña que hay en ti hace que sea mucho más nociva que todas las anteriores.
Aparte del mensaje fascista de la peli (el final no deja lugar a dudas), no hay mucho que contar: la peli está bien dirigida y no aburre. Lástima que caiga en los tópicos de este tipo de cine, incluido el poli de color que ayuda/persigue a la protagonista.
Eso sí, Jodie Foster demuestra que sigue siendo una gran actriz, este complejo personaje nunca lo hubieran podido interpretar adictas al botox como Nicole Kidman o Demi Moore. Jodie es lo mejor del film, sin duda. También me gustó la joven promesa Zoë Kravitz, hija de Lisa Bonet y Lenny Kravitz.
En cuanto al gran Neil Jordan (El buen ladrón, Juego de lágrimas, El fin del romance, En compañía de lobos) no sé que pinta dirigiendo este panfleto armamentístico.